DIARIO DE VIAJE
Hicieron falta un par de días y un ferry para llegar a la zona donde empieza el trekking al preikestolen.
Es el primer ferry que cogemos. Fue entre Lauvvik y Oanes y nos cuesta 112 Nok (unos 12€).
Nada más llegar nos acercamos a la zona para informarnos un poco.
Sabíamos que era un sitio turístico, pero ¡madre mía!
Casi nos damos la vuelta al ver tantísima cantidad de gente, coches y autobuses. ¡Una exageración!
Decidimos intentarlo levantándonos muy temprano.
Y así lo hicimos. A las 4 de la mañana sonaba el despertador, ¡ufff! Debería estar prohibido madrugar tanto.

Ya tenemos todo preparado, nos vestimos y nos vamos al parking. No puedes pasar allí la noche, pero si que puedes aparcar a la hora que quieras.
A las 5 de la mañana con las primeras luces, estábamos en camino… ¡solos!
Había una tranquilidad…
El recorrido es bastante sencillo y en menos de dos horas estamos arriba.
Solo nos encontramos con algunas personas que habían pasado la noche en la roca con sus tiendas de campaña, pues somos los primeros del día en llegar.


Es genial porque podemos hacer fotos y grabar con la roca casi vacía.


La altura (600 metros) da mucha impresión, sobre todo si tienes vértigo como yo.

Comemos tranquilamente y antes de las ocho comenzamos a bajar.
Según bajamos, comienzan a subir ordas de gente. A montones de 30… 40… Gente con zapatillas con las que se iban resbalando, con música en los móviles… teniendo que hacer cola para poder avanzar…

Un horror vaya. Hicimos muy bien en madrugar tanto.
Nuestro siguiente destino será Trolltunga, pero como va a hacer malo, aprovecharemos el día siguiente para descansar la caminata.