Nos levantamos sobre las 6 y media. Desayunamos y nos ponemos a limpiar la playa. No para de salir basura ¡nunca acaba!
Comemos con la familia, nos echamos a dormir un rato y nos volvemos a ir con Yvone a dar una vuelta al pueblo.

Decidimos, que ya que vamos a estar un mes en la isla, sin wifi ni nada, íbamos a comprar una tarjeta de datos, para poder contactar con la familia y poder subir todas las semanas un video.
Cenamos con la familia y echamos algunas fotos



Al llegar a la habitación, Samuel enciende el móvil y recibe un mensaje que le había enviado su hermana hace un día o dos, diciendo que a su madre le habían diagnosticado leucemia.
Fue un palo muy grande.
Rápidamente contactó con su familia y les dijimos que llegaríamos lo antes posible.
Didier nos ayudó mucho, contactó con una persona que nos llevaría al día siguiente al otro lado de la isla.
Hicimos la mochila y pasamos la noche como pudimos.
Salimos a las 5 de la mañana. Tuvimos que andar un poco para conseguir un taxi que nos llevara al aeropuerto.
El avión salió a su hora. Hicimos una parada en Moscow como estaba previsto, donde todo el mundo iba a con abrigos y gorros de piel y fuera estaba nevado, pero nosotros íbamos con nuestra ropa hippie y fresquita de Tailandia. La gente nos miraba raro.

Nos tocó esperar 4 horas antes de volver a embarcar.

Llegamos a Málaga sobre las 22 de la noche del día 19 en España.